Japanese Korean Arabic Chinese Simplified Russian Portuguese Italian Dutch Norwegian French German English Catalá Español

domingo, 16 de febrero de 2014

Maestros de la ciencia-ficción (I): Isaac Asimov

Iniciamos una serie de post sobre los escritores que han conseguido que tantas generaciones nos acerquemos y amemos la ciencia-ficción, y comenzaremos hablando, como no podía ser de otra manera, del más grande de todos los escritores de este género, al menos en nuestra opinión, Isaac Asimov.





ISAAC ASIMOV


Isaac Asimov es un nombre que a buen seguro no es desconocido para ningún apasionado de la ciencia-ficción, y es que este escritor y bioquímico estadounidense (nacionalizado, aunque soviético de nacimiento) ha sido sin duda uno de los escritores más prolíficos en el género de la ciencia-ficción y divulgación científica. En este post repasaremos su vida, las curiosidades que rodean su figura y descubriremos su obra. Esperamos que os guste!


Isaac Asimov. Biografía.


Isaac Asimov (Petróvichi, 2 de enero de 1920 – Nueva York, 6 de abril de 1992).

En realidad Asimov nació el 4 de octubre de 1919, pero su madre modificó esta fecha al 7 de septiembre de 1919 con el propósito de que el pequeño Isaac pudiese acceder a la enseñanza pública un año antes de lo que le correspondería por su edad. Cuando Asimov, años después, descubrió esto, insistió en cambiar los archivos oficiales, aunque curiosamente no para rectificar a la fecha original, sino que la fecha elegida finalmente fue el 2 de enero de 1920, siendo esta la que se considera válida a efectos legales a partir de entonces. 

Nacido en Petróvichi, en la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (desde 1929 hasta ahora Óblast de Smolensk, Federación de Rusia, a 400 km al suroeste de Moscú y 16 kilómetros de la frontera con la Bielorrusia actual).

Asimov fue llamado Isaac por su abuelo materno, Isaac Berman. Era el hijo mayor. Tras él su hermana Marcia (Manya nacida en 1922) y el menor, Stanley (1929-1995). Sus padres, Judah Asimov y Anna Rachel Berman Asimov  de origen judeo-ruso, se trasladaron a Nueva York el 11 de enero de 1923, cuando el autor tenía tres años, abandonando así la recién creada unión soviética, para instalarse en el neoyorquino barrio de Brooklyn (habitado en su mayor parte por ciudadanos hebreos), donde el cabeza de familia regentaba una tienda de dulces.

En este establecimiento, además, se ponían a la venta una serie de publicaciones de ciencia-ficción que el pequeño Isaac comenzó a devorar tan pronto como aprendió a leer, lo que denota su clara vocación desde la más tierna infancia. Hay quien dice incluso que aprendió a leer de forma autodidacta para poder leer estas publicaciones, aunque esto posiblemente forme parte de su leyenda. También comenzó a trabajar en esta tienda familiar en 1929, cuando su madre, debido a su tercer embarazo, no estaba en condiciones de ocuparse del negocio a tiempo completo. Es allí donde aprendió los hábitos de trabajo que mantendría durante el resto de su vida.

Joven Asimov


El joven Asimov demostró su privilegiado intelecto cumpliendo con brillantez sus estudios de secundaria y bachillerato y entrando a la Universidad ¡con unos prematuros quince años!, para conseguir, en tan sólo cuatro años más, el título de Licenciado en bioquímica por la universidad de Columbia, a la edad de 19. En este tiempo, además, comenzó a escribir y publicar sus primeros relatos de ciencia-ficción en las revistas (ahora clásicas) de ficción llamadas pulps.

Tras el primer año de universidad, Asimov compaginó los estudios con diversos trabajos como el de pegado de hojas de tejido o su trabajo en la National Youth Administration como mecanógrafo para un profesor de sociología, además de continuar colaborando con el negocio familiar.

Fue rechazado para ingresar a las escuelas de medicina de las universidades de Nueva York, en contra del deseo de sus padres, posiblemente por su miedo a las agujas y a la sangre, por lo que regresó a Columbia para realizar un postgrado de química, título que obtuvo en 1941. 

En 1942 y con motivo del comienzo de la Segunda Guerra Mundial se desplazó hacia la ciudad de Filadelfia, donde tomó un trabajo como investigador químico en los astilleros de la marina de guerra estadounidense, empleo que mantuvo durante el transcurso de la contienda. También durante este año contrajo matrimonio con Gertrudis Blugerman. Asimov conoció a Gertrude en una cita a ciegas en el Día de San Valentín y cinco meses y medio después, el 26 de julio de 1942, ellos estaban casados. Tuvieron dos hijos, David y Robyn, nacidos respectivamente en 1951 y 1955.

Tras esta etapa de inactividad forzada entre 1942 y 1946 (por su ocupación en la marina durante la guerra) retomó sus estudios de Bioquímica para conseguir el doctorado en 1948, lo que le permitió el acceso al claustro de la escuela médica de la Universidad de Boston, para ejercer en calidad de profesor ayudante de Bioquímica. 

En 1958 la universidad deja de pagarle el salario, aunque para entonces ya eran mayores sus ingresos como escritor que los que su labor universitaria le proporcionaba. Él decía que fue despedido por escoger ser un excelente disertante y escritor científico, en lugar de un investigador meramente mediocre. A pesar de esto Asimov permanece en la facultad como profesor asociado y posteriormente, en 1978/9 le ascienden a profesor titular.

En 1970, Asimov se separó de su esposa Gertrude, divorciándose tres años más tarde para volver a casarse con Janet Opal Jeppson el 30 de noviembre de 1973, con la que no tuvo descendencia. Isaac conoció a Janet cuando le firmó un autógrafo en una convención de ciencia-ficción el 2 de septiembre de 1956. Él sufría silenciosamente de los dolores que le provocaba una piedra en el riñón. Janet tuvo la impresión de que el ya conocido escritor era una persona desagradable. Asimov nunca quiso recordar ese primer y negativo encuentro. La vez siguiente fue el 1 de mayo de 1959, cuando Janet asistió al banquete de un grupo de escritores de misterio, como invitada de Verónica Parker Johnson, y se sentó junto a Isaac. Esa vez la atracción mutua fue inmediata.



A comienzos de la década de los noventa, y a raíz de una intervención quirúrgica motivada por una grave afección prostática, Asimov reduce su intensa actividad creativa e investigadora. La muerte finalmente le sobrevino en la ciudad de Nueva York a comienzos de la primavera de 1992, el 6 de abril, como consecuencia de un fallo cardíaco y una insuficiencia renal. Su cuerpo fue incinerado y sus cenizas no fueron enterradas. Le sobreviven su viuda Janet y los hijos de su primer matrimonio. Años más tarde, en 2002, Janet reveló en su propia biografía que la muerte de su marido fue debida al sida, enfermedad que contrajo por una transfusión de sangre durante una operación de bypass en 1983.

Otros datos y curiosidades de Isaac Asimov



Aunque famoso por escribir unas ocho horas por día, siete días a la semana, Asimov encontró tiempo para hacer además algunas otras cosas.

Sus documentos personales escritos de los años 1965 en adelante se archivan en la Biblioteca Mugar Memorial de la Universidad de Boston, donde ocupan 464 cajas en 71 m. de estanterías.

Miembro del Dutch Treat Club, un grupo que se encontraba para almorzar todos los martes en el Regency Hotel. Él reunió el club en 1971 y se hizo presidente en 1985.

Perteneció a Mensa, una sociedad formada por individuos de alto coeficiente intelectual, en los tempranos sesenta, pero encontró que muchos de los miembros eran arrogantes sobre su supuesta inteligencia y los describía como "intelectualmente combativos", por lo que dejó de ser miembro por un tiempo. Sin embargo cuando volvió a Nueva York, reactivo su membresía y pronunció discursos a los grupos de "Mensans" en varias ocasiones. Finalmente, abandono el grupo, a pesar de ser nombrado vicepresidente honorario del club desde 1989 hasta 1992.

Disfrutaba más de la presidencia de la Asociación Humanista Estadounidense, una organización de ideología atea, de la que fue presidente desde 1985 hasta 1992.




Perteneció a un club exclusivo para hombres llamado Trap Doors Spiders, que se encontraron para la cena una viernes a la noche todos los meses. El club le sirvió de inspiración para sus "Tales of the Black Widowers" (El club de los Viudos Negros). Los caracteres de los personajes se basaron en miembros reales del club Trap Doors Spiders.

También era un fanatico de P. G. Wodehouse , y un miembro de La Sociedad de Wodehouse. Reconoció que el carácter de Henry, el mozo que jugó un papel central en sus historias de los Viudos Negros, era basado en el mayordomo Jeeves de Wodehouse.

Asimov era un entusiasta de Gilbert & Sullivan desde su juventud, cuando escuchaba las obras en la radio. En 1970 unió el Gilbert and Sullivan Society, y asistió a casi todas sus reuniones. También asistió a las producciones de G & S regularmente en Manhattan. Amaba cantar canciones de los shows, y estaba bastante orgulloso de su voz (entre otras cosas).

También reunió al Baker Street Irregulars en 1973, un grupo de entusiastas de Sherlock Holmes que sostuvieron un banquete anual para celebrar el cumpleaños de Holmes. Asimov admitió que él no era un verdadero entusiasta de Holmes, pero disfrutaba realizando brindis, discursos, y cantando canciones sentimentales.

Por último, Asimov era miembro del Club de los Exploradores, y sirvió como maestro de ceremonias durante dos años a su banquete anual.

El mismo hombre que describió viajes espaciales a otros mundos y que defendió valientemente la causa de la racionalidad, padecía un miedo irracional a las alturas y a volar. Esto tenía la consecuencia de limitar los viajes que realizó a lo largo de su vida, de hecho sólo dos veces, lo que le hizo pensar que podía padecer de acrofobia. Asimismo padecía claustrofilia (lo opuesto de la claustrofobia); es decir, le gustaban los lugares pequeños y cerrados. Estaba bastante cómodo en cuartos pequeños sin ventanas, y siempre insistió en usar iluminación artificial cuando trabajó.



Asimov tenía escasa resistencia al alcohol. El día que pasó el examen oral para su Doctorado, bebió cinco Manhattans en celebración, y sus amigos tuvieron que cuidarlo y serenarlo. Su esposa le dijo que él gastó esa noche entera en cama riéndose tontamente y diciendo de vez en cuando "Doctor Asimov."

También era completamente inepto para cualquier actividad atlética que requiriera alguna coordinación. Nunca aprendió a nadar o montar una bicicleta. Pasando diez minutos incluso en el sol de verano, su piel se volvía de un luminoso rojo. En el ejército tenía la peor condición en su compañía en las pruebas físicas (aunque tenía la más alta en la prueba de la inteligencia). 

No permitió a nadie llamarlo por ningún apodo, salvo unos viejos amigos que habían estado llamándolo Ike durante años. Asimov odiaba cuando su nombre se deletreaba, imprimía o era pronunciado mal por otros.


Honores y premios



A lo largo de su dilatada trayectoria literaria recibió numerosos premios y honores entre los que destacan:

1963, Premio Hugo especial por sus artículos en The Magazine of Fantasy and Science Fiction.
1966, Premio Hugo a la mejor serie de ciencia-ficción de todos los tiempos por la Trilogía de la Fundación.
1972, Premio James T. Grady a la mejor labor divulgación científica por Introducción a la ciencia.
1973, Premio Hugo y Premio Nébula a la mejor novela por Los propios dioses.
1977, Premio Hugo y Premio Nébula a la mejor novela corta por El hombre bicentenario.
1983, Premio Hugo a la mejor novela por Los límites de la Fundación.
1992, Premio Hugo a la mejor novela corta por Gold.
1995, Premio Hugo al mejor trabajo de no-ficción por I. Asimov, A memoir.

En 1965, Asimov tenía catorce doctorados honoris causa por diferentes universidades.

En 1981 se nombró a un asteroide, el 5020 Asimov en su honor y a un cráter en Marte que lleva su apellido. 

Actualmente se conoce un robot humanoide de Honda que curiosamente se denomina "ASIMO", aunque dicha empresa haya desmentido varias veces que el nombre tenga algo que ver con el del autor.


Posición intelectual


Se consideró un racionalista y un humanista, alguien que cree que los humanos son responsables por todos los problemas de la sociedad, así como de sus grandes logros a lo largo de la historia. No se opuso a las convicciones religiosas genuinas de los demás, pero se enfrentó a las supersticiones y a las creencias infundadas. 

Asimov no tenía ninguna creencia religiosa. Nunca creyó en Dios o en la vida después de la muerte. Aun así, Asimov estaba orgulloso de su herencia judía. Sus padres nunca hicieron esfuerzos para enseñarle religión. Isaac estudió en una escuela hebrea durante varios meses mientras su padre sirvió como secretario para la sinagoga local. Allí aprendió algo de hebreo y cómo leer Yiddish. También tenía un gran interés en la Biblia, y escribió varios libros sobre ese tema, principalmente los libros llamados "Asimov's Guide to the Bible" (la Guía de Asimov a la Biblia) y "The Story of Ruth" (La Historia de Ruth).




En política era progresista, partidario del Partido Demócrata de los Estados Unidos, aunque se sintió muy desilusionado cuando vio las tácticas, irracionales según él, de los activistas progresistas desde finales de los años sesenta en adelante. 

Asimov era un férreo defensor del razonamiento científico, totalmente opuesto a todo tipo de profetas religiosos, pseudocientíficos o místicos, y apoyó las aplicaciones civiles de la energía nuclear sobre todo tras el accidente nuclear de la Isla de las Tres Millas, lo cual dañó su relación con la izquierda. 

En los últimos años de su vida, Asimov condenó el deterioro de la calidad de vida que percibía en la ciudad de Nueva York al reducirse las inversiones por la huida de la clase media a los suburbios. En su último libro de no ficción, La Ira de la Tierra, escrito junto con otro autor de ciencia-ficción  Frederik Pohl, delata su preocupación por aspectos medioambientales como el calentamiento global y la destrucción de la capa de ozono.

Asimov: Su obra.


El Buen Doctor, como se lo solía llamar, junto con Robert A. Heinlein y Arthur C. Clarke, fue considerado en vida como uno de los "tres grandes" escritores de ciencia-ficción y divulgación científica.

La obra futurista de Asimov ha gozado de gran popularidad por la gran imaginación literaria y el mundo tecnológico y científico. La obra más famosa de Asimov es la Saga de la Fundación, también conocida como Trilogía o Ciclo de Trántor, serie de novelas que forman parte de la serie del Imperio Galáctico y que más tarde combinó con su otra gran serie sobre los robots. La trilogía original (Fundación, Fundación e imperio y Segunda Fundación) recibió el premio Hugo a la mejor serie de ciencia-ficción de todos los tiempos.

También escribió obras de misterio y fantasía, así como una gran cantidad de textos de no ficción. En total, firmó más de 500 volúmenes y unas 9.000 cartas o postales. Sus trabajos han sido publicados en 9 de las 10 categorías del Sistema Dewey de clasificación.

No se trataba de un autor atormentado por la excelencia de su obra ya que no era de hacer más de una o dos revisiones de sus trabajos, aunque le apasionaba escribir y lo hacía mucho, todos los días, pero sin perder tiempo en los detalles. Es por esto que el autor crease obras decididamente buenas y otras de no tan buena calidad.



Las novelas de Asimov tienen un marcado estilo dinámico que da la impresión de servir tan sólo como vehículo para llegar al desarrollo de la idea final que el autor nos quiere transmitir sin preocuparse demasiado en el camino y en la calidad de los detalles, en el estilo en sí. Basado casi exclusivamente en los diálogos entre los personajes, en los cuales no profundiza aunque la reaparición de los mismos en las diversas novelas y cuentos finalmente ofrece estos detalles, pero que consigue que la lectura sea fluida, creando un creciente interés en la resolución de la trama que propone en cada escrito. Es un estilo rápido y efectivo, que sin duda ha conseguido las más diversas opiniones, ya que ha logrado tantos amantes como detractores. En general el público ávido de ideas y ‘casuísticas’ disfrutará con los problemas y soluciones que Isaac propone en su obra, aunque posiblemente no será del agrado de quienes busquen una prosa más cuidada.

La carrera de Asimov puede dividirse en varios períodos. En sus primeros años el tema dominante fue la ciencia-ficción  iniciándose con relatos cortos en 1939. Empieza a publicar cuentos de ciencia-ficción n las revistas especializadas, imponiéndose en pocos años como el principal representante de la rama "tecnológica" de este género, en la que la visión del mundo futuro y de nuevas formas de organización social se basa siempre en premisas de carácter científico (aunque más o menos futuristas) y los avances tecnológicos correspondientes. 

En sus relatos de robots, recogidos en Yo, Robot (1950) y El segundo libro de robots (1964), Asimov fija y prueba las reglas de la robótica mediante la definición de unas leyes fundamentales que los robots deben llevar programadas. Estas leyes hacen que los robots estén al servicio del hombre y los diferentes relatos que Asimov va construyendo exponen situaciones en las cuales los robots se verán obligados a violar determinadas leyes en pro de un interés superior para el hombre. Pero mientras los robots evolucionan hacia un modelo androide de inteligencia y lucidez moral superiores a las de los hombres, estos, movidos por sus impulsos egoístas, incuban una profunda hostilidad hacia ellos.

Entre 1942 y 1949 Asimov publica en Astounding Science Fiction los relatos que después constituirán su Trilogía de las Fundaciones, compuesta de Fundación (1951), Fundación e Imperio (1952) y La segunda Fundación (1953). Este desigual pero poderoso corpus de historias se centra en la decadencia de un enorme Imperio galáctico de origen terrestre y sobre el intento del psicólogo Hari Seldon para limitar a sólo mil años el período de barbarie que ya ha comenzado, objetivo que se propone gracias a las dos fundaciones de científicos y psicólogos que él ha creado para este fin y a la "psicohistoria", nueva ciencia para predecir los comportamientos futuros de las masas.

La obra de Asimov no es ajena al humor como pone de manifiesto un artículo seudocientífico y humorístico, publicado en la revista Astounding Science Fiction en 1948, titulado Las asombrosas propiedades endocrónicas de la tiotimolina resublimada, cuyo tema era una sustancia que se disuelve exactamente 1,2 segundos "antes" de que se le agregue agua.



En 1950 publica su primera novela Un guijarro en el cielo. Después le acompañarían muchas otras destacando Bóvedas de acero (1953) o El sol desnudo (1957), por las cuales Asimov se considera un pionero en la ciencia-ficción policíaca, creando el personaje del detective Elijah Baley, auxiliado en su trabajo por un robot. En estas novelas es especialmente afortunada la descripción de la sociedad terrestre que vive bajo bóvedas de acero subterráneas y en condiciones prácticamente de miseria, en comparación con los planetas súper-civilizados de los cuales depende. 

Esta etapa de ciencia-ficción duró hasta 1958. A continuación, disminuyó de manera importante su producción de libros de este tipo mientras se dedicaba a otros temas, decantándose por los ensayos. En los siguientes 25 años publicó solamente cuatro libros de ciencia-ficción  De 1972 es “Los propios dioses”, con sus memorables habitantes de un "universo paralelo", de consistencia fluida y que conviven formando tríadas.

El lanzamiento del Sputnik en 1957 despertó el interés del público sobre la ciencia, interés que los editores de Asimov le pidieron que cubriera con cuanto material fuera capaz de escribir. Al mismo tiempo, la revista mensual Magazine of Fantasy and Science Fiction (F&SF) le invitó a continuar su habitual columna, que había comenzado en la ya cerrada revista bimestral del mismo grupo, Venture Science Fiction, especializada en la divulgación científica, y le dio a Asimov una completa libertad para publicar. La primera de las contribuciones a F&SF apareció en noviembre de 1958 y continuó desde entonces con otras 399 colaboraciones, hasta que su estado de salud le impidió seguir. Estas columnas, coleccionadas periódicamente en libros por su principal editor, Doubleday, ayudaron a Asimov a crearse una reputación como gran divulgador de ciencia y, según él, fueron sus únicas obras de divulgación que escribió en las que no tenía que suponer de sus lectores una completa ignorancia en los temas discutidos. La popularidad de su primer trabajo de gran envergadura, la Guía de la Ciencia para el Hombre Inteligente, también le permitió desprenderse de gran parte de sus responsabilidades académicas y convertirse esencialmente en escritor a tiempo completo.

A partir de 1965 y hasta mediados de los setenta, Asimov se introduce en la divulgación histórica a través de varios libros que comprenden las más importantes civilizaciones y periodos históricos. Como por ejemplo la Egipcia, Griega y Romana, pasando por la Edad Media, el descubrimiento del Nuevo Mundo y la formación de Estados Unidos. El autor trata de atraer al gran público al conocimiento de la historia a través de una narración amena y sencilla. Se trata principalmente de historia político/militar. Esta serie de obras ha sido común e informalmente llamada: Historia Universal Asimov y está compuesta por 14 volúmenes con mapas y cronología incluidas en cada uno de ellos.

Publicó la Guía Asimov para la Biblia en dos volúmenes que comprendían el Antiguo Testamento (1967) y el Nuevo Testamento (1969), y luego los combinó en un sólo volumen de 1.300 páginas en 1981. Lleno de mapas y tablas, la guía conduce a través de los libros de la Biblia en orden, explicando la historia de cada uno y las influencias políticas que les habían afectado, como también información biográfica sobre los personajes importantes.

También escribió bastantes ensayos sobre las convenciones sociales de su día, incluyendo Thinking About Thinking y Science: Knock Plastic (1967).

La gran variedad de información que cubren los escritos de Asimov llevaron a Kurt Vonnegut a preguntarle en una ocasión: «¿Cómo se siente sabiéndolo todo?». Asimov le respondió que él sólo sabía cómo se sentía al tener esta reputación de omnisciente: Inquieto (In Joy Still Felt, capítulo 10). En la introducción de su colección de historias Slow Learner, el novelista estadounidense Thomas Pynchon admitió que obtenía en las obras de divulgación científica de Asimov y en el Diccionario de Inglés de Oxford todos sus conocimientos sobre la entropía.



Un extraordinario libro de divulgación científica es el titulado El Universo. La faceta como divulgador científico se manifiesta con especial brillantez en esta obra, en la que no sólo expone de forma accesible todo el conjunto de certidumbres científicas existentes sobre el Universo. Está escrito para que cualquier persona lo pueda entender, sin utilizar un lenguaje muy técnico. Comienza narrando los albores de la astronomía desde los sumerios, pasando por los egipcios, griegos etc. A medida que avanza, va explicando, de manera amena e inteligible, diversos fundamentos de la física. También trata de la formación del Universo, de tipos de estrellas, de su nacimiento y muerte (supernovas...). Las diversas teorías sobre la edad de la Tierra y del sistema solar se inscriben en el marco más general de la evolución galáctica. Explica el efecto Doppler, la composición de los átomos hasta llegar a explicar qué es un púlsar y un cuásar. Se hace un recorrido completo y muy significativo por toda la ciencia de la astronomía. Reconstruye el largo camino que ha recorrido el hombre para alcanzar el conocimiento del Cosmos que ahora se tiene.

A partir de 1982, se inicia la segunda etapa de su carrera en ciencia-ficción con la publicación de Los límites de la Fundación. Desde entonces y hasta su muerte, Asimov publicaría muchas secuelas de sus novelas ya escritas, dándoles un tratamiento de conjunto en una forma que seguramente él mismo no había previsto. En 1983 publicó una continuación de la Trilogía, Los límites de la Fundación, novela bastante prolija, llena de intrigas por el poder e interrogantes que resolver. 

Con sus decenas de libros de divulgación científica, Asimov afirmó siempre su fe optimista en un progreso basado en un uso racional de la ciencia y la tecnología. En el terreno de la divulgación, también abordó otros campos del saber, como la historia, las matemáticas, la psicología y la sociología, y llegó a hablar de una nueva disciplina humanística, la psico-historia, que, según su propuesta, sería una suma de las aportaciones de estas cuatro ramas del conocimiento humano mencionadas. 

Llevado de su afán didáctico, escribió también algunas obras destinadas al público infantil y juvenil, en las que combinaba la ficción con una serie de rudimentos científicos e históricos.

Le encantaba escribir sobre sí mismo, la modestia no era una de sus virtudes. Por lo que él mismo publicó varias autobiografías además de otros numerosos escritos:

1) "I.Asimov: A Memoir", publicada por Doubleday en 1994 de marzo. Abarca su vida entera en 166 capítulos colocados en orden aproximadamente cronológico.

2) "Yours, Isaac Asimov", colección de citas de las cartas que él había escrito a través de los años, revisada por su hermano Stan y publicado por Doubleday en octubre de 1995, también proporciona una gran visión de la vida personal y profesional de Asimov.

Además, los tres Opus (Opus 100, Opus 200, y Opus300), "The Early Asimov", y "Before Golden Age", (Antes de la Edad Dorada) contienen material autobiográfico sustancial. Como si fuera poco, Asimov habla extensamente sobre él y su vida en muchos de sus otros libros, particularmente en anécdotas encontradas en sus ensayos en la Revista de Fantasía y ciencia ficción y sus editoriales en la Isaac Asimov's Science Fiction Magazine (Revista de ciencia ficción de Isaac Asimov), que posteriormente ha pasado a llamarse Asimov's Science Fiction, (la ciencia ficción de Asimov).

Según su punto de vista, Asimov pensaba que sus contribuciones más duraderas serían las Tres Leyes de la Robótica y La Saga de la Fundación (según Yours, Isaac Asimov, p. 329). Más aún, el Diccionario de inglés de Oxford le da crédito al introducir palabras como positrónico, la ya mencionada psicohistoria y robótica en el idioma inglés. La primera de estas palabras se aplica a una tecnología enteramente ficticia, aunque basada en el nombre de la partícula subatómica de antimateria opuesta al electrón, el positrón, en la que fundamenta el funcionamiento de los “cerebros” de los robots.


Las tres Leyes de la Robótica



Las leyes son "formulaciones matemáticas impresas en los senderos positrónicos del cerebro" de los robots (líneas de código del programa de funcionamiento del robot guardadas en la ROM del mismo). Son un conjunto de normas que la mayoría de los robots están diseñados para cumplir. Aparecidas por primera vez en el relato Runaround (1942), establecen lo siguiente:
1. Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1ª Ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley.
Asimov atribuye las tres Leyes a John W. Campbell, que las habría redactado durante una conversación sostenida el 23 de diciembre de 1940. Sin embargo, Campbell sostiene que Asimov ya las tenía pensadas, y que simplemente las expresaron entre los dos de una manera más formal.



Las tres leyes aparecen en un gran número de historias de Asimov  ya que aparecen en toda su serie de los robots, así como en varias historias relacionadas, y la serie de novelas protagonizadas por Lucky Starr. También han sido utilizadas por otros autores cuando han trabajado en el universo de ficción de Asimov  y son frecuentes las referencias a ellas en otras obras, tanto de ciencia-ficción como de otros géneros.

El propósito de estas leyes en un principio es la protección de los seres humanos y de los propios robots  tratando de mitigar de esta forma el miedo irracional hacia estas máquinas ‘superiores’ a los personas y evitando de esta forma que pudieran rebelarse contra sus creadores. Las leyes estaban formuladas de tal manera que los robots estaban obligados a su cumplimiento o de lo contrario su cerebro positrónico resultaría dañado provocando así la ‘muerte’ del robot.

Las tres leyes de la robótica representan, por tanto, el código moral del robot, de manera que estos actuarán siempre bajo las limitaciones de estas leyes.

Los diversos cuentos de robots de Asimov (la mayor parte publicados dentro de la recopilación Yo, Robot) parecen poner a prueba constantemente estas leyes mediante situaciones límite para estos robots  Como si el propio Asimov tratase de poner a prueba el sistema creado con estas leyes formulándose preguntas como ¿Es posible que un robot viole alguna de sus tres leyes? o ¿Es posible que un robot "dañe" a un ser humano? Asimov crea un universo en el que los robots son parte fundamental a lo largo de diez mil años de historia humana, y siguen teniendo un papel determinante durante diez mil años más. 

Es lógico pensar que el nivel de desarrollo de los robots variaría con el tiempo, incrementándose su nivel de complejidad cada vez más. Según Asimov  un robot no razona, es lógico. De esta forma, los primeros robots construidos en la Tierra eran modelos poco avanzados. Era una época en donde la robopsicología no estaba aún desarrollada. 

Los robots podían ser enfrentados a situaciones en las cuales se vieran en un conflicto con sus leyes. Una de las situaciones más sencillas se da cuando un robot debe dañar a un ser humano para evitar que dos o más sufran daño. Aquí los robots decidían en función de un criterio exclusivamente cuantitativo, quedando luego inutilizados, al verse forzados a violar la primera ley.



A medida que la robótica avanzaba, la construcción de los circuitos se hacía más compleja, permitiendo una mayor capacidad de autorreflexión, capacitando a los robots para redefinir su concepto de "daño" en función de sus experiencias, y determinar niveles del mismo, así como su valoración de los seres humanos que también puede estar determinada por el ambiente. Es por esto que un robot podría llegar a dañar a un ser humano por proteger a otro que considere de más valía, en particular su amo. O también podría dañar físicamente a un ser humano para evitar que otro fuera dañado psicológicamente, considerando incluso los daños psicológicos más graves que los físicos. Asimov plantea en sus historias de robots las más diversas situaciones, siempre considerando las posibilidades lógicas que podrían llevar a los robots a tales situaciones.

De esta forma Asimov nos muestra en sus historias robots cada vez más "humanos". En "El hombre bicentenario", Asimov nos narra la historia de Andrew Martín, nacido robot, y que lucha durante toda su vida (como "Uno") para ser reconocido como ser humano. O R. Daneel Olivaw y R. Giskard Reventlov, que tienen un papel fundamental en la segunda expansión de los seres humanos y la consiguiente fundación del imperio galáctico, siendo estos los robots más complejos jamás creados, capaces de desarrollar la ley cero de la robótica ("Zeroth law", en inglés) como corolario filosófico de la primera:

Un robot no puede hacer daño a la Humanidad o, por inacción, permitir que la Humanidad sufra daño.

Se podría decir que existe una versión moderna de estas leyes de la robótica establecidas por Asimov y es que, en 2011, el Consejo de Investigación de Ingeniería y Ciencias Físicas (Engineering and Physical Sciences Research Council, EPSRC por sus siglas en inglés) y el Consejo de Investigación de Artes y Humanidades (Arts and Humanities Research Council, AHRC por sus siglas en inglés) de Gran Bretaña publicaron conjuntamente un conjunto de cinco principios éticos "para los diseñadores, constructores y los usuarios de los robots en el mundo real, junto con siete mensajes de alto nivel", destinado a ser transmitido, sobre la base de un taller de investigación en septiembre de 2010:

1. Los robots no deben ser diseñados exclusivamente o principalmente para matar o dañar a los humanos.
2. Los seres humanos, no los robots  son los agentes responsables. Los robots son herramientas diseñadas para lograr los objetivos humanos.
3. Los robots deben ser diseñados de forma que aseguren su protección y seguridad.
4. Los robots son objetos, no deben ser diseñados para aprovecharse de los usuarios vulnerables al evocar una respuesta emocional o dependencia. Siempre debe ser posible distinguir a un robot de un ser humano.
5. Siempre debe ser posible averiguar quién es el responsable legal de un robot.


La Saga de la Fundación


Como el propio Asimov se imaginaba, La Saga de La Fundación es uno de los mayores legados que el escritor ha dejado, y es que desde su publicación es una de las sagas de ciencia-ficción que más adeptos ha ganado a lo largo del tiempo, hemos de decir que muy merecidamente.

La Saga de la Fundación es una serie de por lo menos 16 libros de ciencia-ficción escritos por Isaac Asimov en los años 1942-1957 y 1982-1992 (año de su muerte), componiendo una especie de historia del futuro. 

Las novelas tratan de una ficción tecno-sociológica en un futuro muy lejano en que la humanidad se expande por la Galaxia, donde los artefactos tecnológicos, fundamentalmente los robots  condicionan la organización social de modos que sorprenden e incitan a la reflexión. En Preludio a la Fundación (1988) Asimov asigna a la Saga un total de 14 libros y 1.450.000 palabras. Posteriormente aparecieron al menos dos más, Visiones de robot en 1990 y Hacia la Fundación en 1993. El número exacto es difícil de determinar porque, aunque la mayoría de ellos son novelas, algunos son recopilaciones de relatos cortos que han sido hechos de modo muy diferente (y con frecuentes superposiciones) por distintos editores.



En la Saga se aborda y desarrolla la primera y reñida expansión humana en la Galaxia mediante la colonización de los primeros mundos espaciales, la lucha de éstos con la Tierra por el predominio galáctico, la derrota final de los espaciales a manos de los colonos terráqueos, la decadencia de la Tierra como planeta civilizado por efecto de una radiactividad inducida, la gran diáspora que significó la huida de la población humana de la Tierra y su dispersión por la Galaxia, la colonización de millones de mundos por la humanidad, la formación del Imperio Trantoriano, su conversión en Imperio Galáctico y la decadencia del mismo. En paralelo a esto se narra el desarrollo de la ciencia robótica y la influencia que los robots tienen sobre las sociedades humanas. 

Un momento clave y decisivo es la creación del robot R. Daneel Olivaw, personaje mítico que abarca con su presencia toda la Saga. El Imperio, formado originalmente por la expansión de los seres humanos en el espacio exterior (origen del que se ha perdido la memoria), agrupa millones de planetas de nuestra Galaxia. Su decadencia sucede en un futuro muy lejano y el planteamiento central es el problema de evitar el dolor y la destrucción de vidas y bienes que se producirá con la desaparición de su sistema absolutista de gobierno galáctico. Para minimizar el daño, ya que la caída del Imperio es inevitable, se crean dos poderosas organizaciones: una pública (la Primera Fundación) y otra secreta (la Segunda Fundación). Situadas en extremos opuestos de la Galaxia, servirán de promotores de la gestación de un Segundo Imperio Galáctico. Las medidas a tomar son las dictadas por una ficticia ciencia aplicada, la psicohistoria, que permitirán reducir el inevitable período de caos a sólo mil años.

La Saga se cierra con un enlace entre el ciclo de los robots y el de La Fundación propiamente dicha, mediante la exposición del plan Gaia-Galaxia de Daneel Olivaw, como respuesta a la necesidad de hacer frente a una hipotética invasión alienígena. La psicohistoria, al parecer, no basta para asegurar el futuro de la especie humana, sino que es necesario ir un paso más allá, y crear una conciencia galáctica que sea un eficaz escudo frente al caos y las entidades alienígenas. Sin embargo, Asimov dejó planteada una gran contradicción: el plan Gaia-Galaxia contrapuesto a la efectiva formación del Segundo Imperio Galáctico, atestiguado éste último por la publicación de la Enciclopedia Galáctica en el futuro del plan diseñado por Hari SeldonAsimov no tuvo tiempo de explicar la contradicción y han sido otros autores los encargados de aventurar una solución. Por ejemplo, David Brin, en "El triunfo de La Fundación", apuesta que La Fundación prevalecerá al fin sobre Gaia, sea mediante una transacción, una incorporación o una absorción. Donald Kingsbury en Crisis psicohistórica prescinde totalmente del plan de Daneel y supone la efectiva creación del Segundo Imperio bajo la dirección de los psicohistoriadores de la Segunda Fundación.

No se trata de burdas historias de monstruos verdes con ojos saltones ni de vaqueros espaciales. Asimov fue un profesional universitario que escribió también excelentes libros de divulgación científica. El rigor científico con que están escritos sus libros se refleja, por ejemplo en las frecuentes citas de la ficticia Enciclopedia Galáctica, monumental obra que recopila los saberes de todos los habitantes de la Galaxia

El orden dado a continuación coincide mayoritariamente con el de lectura recomendado por Asimov  aunque algunos críticos argumentan que la lectura de las precuelas, antes de la de los primeros libros escritos, desvelaría datos importantes que en la trama original se plantearon como sorpresivos. En esta ‘guía’ se recomienda primero la lectura de la serie de libros sobre Robots y la Trilogía del Imperio Galáctico que establecen las bases en las que posteriormente se desarrollará la Saga del ciclo de Trántor, si bien, no es necesario su lectura para una correcta comprensión de la misma si alguien quisiera pasar directamente esta.


La Serie de los Robots o Ciclo de la Tierra




1. Yo, robot (1950). Colección de 9 relatos cortos sobre robots

2. Las bóvedas de acero (1954). Primera novela de robots humanoides, transcurre en la Tierra, en el siglo 47, cuando la colonización de la Galaxia estaba estancada en 50 planetas. 

3. El sol desnudo (1957). Segunda novela de robots. Continuación de la anterior incluso con el mismo protagonista, el detective Elijah Baley, donde la acción sale de la Tierra para ir al planeta Solaria.

4. Los robots del amanecer (1983). Tercera novela de robots, en la que Baley deberá resolver un enigmático bloqueo mental de un robot humanoide en Aurora, planeta líder de los Mundos Espaciales.

5. Robots e Imperio (1985). Cuarta novela de robots. Ambientada unos siglos después de la anterior novela, Baley murió muchos años atrás, y la Tierra ha comenzado una nueva ola de colonización, pero los Espaciales no están dispuestos a renunciar sin más a la conquista de la Galaxia.


Trilogía del Imperio Galáctico


1. En la arena estelar (1951). El último de los 1099 planetas colonizados, Tyrann, inicia la colonización de los sistemas de la Nebulosa Cabeza de Caballo. Son los primeros pasos en la formación del Imperio Galáctico.

2. Las corrientes del espacio (1952). La expansión de la Confederación de Trántor, con sólo 5 siglos de existencia, abarca ya la mitad de la Galaxia con un millón de planetas habitados.

3. Un guijarro en el cielo (1950). La historia transcurre en la Tierra, más de 10.000 años después del comienzo de la colonización humana de la Galaxia, cuando ya se ha olvidado que fue el planeta que la inició. 

También existe un cuento corto llamado Callejón sin salida publicado en The Early Asimov (1973), una colección de cuentos cortos. La historia está ambientada en los comienzos del Imperio Galáctico y trata del descubrimiento e investigación de la única raza inteligente alienígena encontrada en la Galaxia, la cual, con ayuda de un funcionario de la burocracia imperial, huye a las Nubes de Magallanes, escapando del control humano.


Saga de la Fundación o Ciclo de Trántor


1. Preludio a la Fundación (1988). Primera precuela a la serie de La Fundación. Hari Seldon esboza las bases de la psicohistoria y queda atrapado en una competencia política por obtener sus conocimientos.

2. Hacia la Fundación (1993). Segunda precuela a La Fundación. Hari Seldon continúa el desarrollo de la psicohistoria, tanto desde su despacho en la universidad como desde el gobierno imperial.

3. Fundación (1951). Primera novela sobre La Fundación. Relata las comienzos del largo camino de la Fundación hacia la creación del Segundo Imperio Galáctico.

4. Fundación e Imperio (1952). Segunda novela sobre La Fundación. Cuenta la colisión del Imperio con la Fundación y su posterior caída y muerte.

5. Segunda Fundación (1953). Tercera novela que con Fundación y Fundación e Imperio, constituyen la clásica Trilogía de la Fundación, o Ciclo de Trántor. Esta trilogía fue originalmente publicada por entregas (son relatos cortos) en la revista Astounding Science Fiction de John Campbell y galardonada con el Premio Hugo (1966) a "la mejor serie de ciencia ficción de todos los tiempos". Estas tres novelas pueden ser leídas independientemente del resto de la Saga.

6. Los límites de la Fundación (1982). Continúa la historia de La Fundación. Lo que comienza siendo una búsqueda del planeta Tierra lleva a un descubrimiento increíble.

7. Fundación y Tierra (1983). Última novela sobre La Fundación que finaliza la Saga  Termina donde empezó todo: la Tierra, y llevará a descubrimientos asombrosos.


Enlaces sobre Isaac Asimov


Os dejamos con unos enlaces interesantes por si queréis ampliar información sobre Asimov:

Web oficial
Cuento: La última pregunta
Cuento: Asnos estúpidos
Enciclopedia galáctica
Citas

Y unos vídeos para completar:









Esperamos que, si ya conocíais la obra de Isaac Asimov, os haya servido para refrescar los buenos momentos que seguro habréis pasado con su lectura, y en caso de que no la conozcáis que hayamos despertado en vosotros la curiosidad suficiente para acercaros a su lectura. 


Estamos convencidos de que a muchos de vosotros os apasionará su lectura y os recomendamos que comencéis por la serie de Robots como hemos puesto en la miniguía, ya que estos libros, por sí mismos son geniales y nos ayudarán a comprender cómo ‘piensan’ los robots, que seguramente tendremos en un corto espacio de tiempo… 





Y, como siempre, podéis utilizar los comentarios para decirnos si ya lo habéis leído y, ¿qué os han parecido estas obras del Buen Doctor?





Vía:

http://es.wikipedia.org/wiki/Isaac_Asimov
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/asimov.htm
http://www.literareafantastica.com.ar/bioasi.html
http://www.oocities.com/CapeCanaveral/2352/asimov1.htm
http://www.asimov.es/
http://www.asimov.com/
http://homepage.mac.com/jhjenkins/Asimov/Asimov.html

http://usuarios.lycos.es/isaacasimov


2 comentarios:

Alberto Fdez.-Calvillo Gléz. dijo...

Este verano-otoño pasado me he leído todas. Incluso la Trilogía de Calibán. Las hay mejores y peores, lo que es seguro es que me voy a leer otra vez toda la Saga.

ElCamo dijo...

Todas! Estoy de acuerdo contigo en que las hay mejores y peores, pero el recuerdo que yo tengo es, en general, fantástico. Dices que te vas a leer toda la Saga otra vez... pues ya somos dos! Se apunta alguien más?
Muchas gracias por comentar Alberto!

Publicar un comentario

Todos los comentarios serán publicados, pero, por favor, procurad que los comentarios sean adecuados; que no sean spam, ilegales u ofensivos porque nos veremos obligados a borrarlos.

¡Gracias por dejar vuestra opinión!

 
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...